
Capítulo 2
Ambos corazones latieron con fuerza. Samanta no pudo evitar
sonrojarse y Dominik lo notó, gesto que lo hizo sonreír.
—Eres tú —masculló y sacudió su cabeza con fuerza—. ¿Trabajas
aquí?
La chica asintió con la cabeza.
Dominik se acercó de nuevo a la barra y miró a ambos lados,
por...